Septiembre se nos va y tú todavía fumando…

Este mes que finaliza junto con enero están dedicados por excelencia al incumplimiento de propósitos, y uno de ellos es el de dejar de fumar.

Si vas a intentarlo por tu cuenta, debes saber cómo o al menos marcarte unas pautas para atenuar el temido síndrome de abstinencia.


Al grado de motivación propio, hay que sumarle el apoyo que encontraremos en nuestro entorno y la percepción de control que creo tener sobre la conducta de fumar. Deberé tener en cuenta si en mi entorno se fuma (pareja, amigos, familiares...) y mis experiencias previas en intentos por dejar de fumar.  ¿Lo he pasado mal o he visto que otros lo han pasado mal?


Otras circunstancias que pueden interferir son el nivel de estrés al que estoy sometido, la existencia de otras psicopatologías, un estado de ánimo bajo, tener una alta dependencia de la nicotina (fumar más de 20 cigarrillos al día), etc.


Por todo ello en ocasiones se hace necesario solicitar ayuda profesional y hacer un “traje a la medida” de la persona para afrontar con ciertas garantías de éxito dejar el consumo del tabaco.


Si estás suficientemente motivado para dejarlo, decídete y da el primer paso: inténtalo por tus propios medios. Si no lo consigues, solicita ayuda profesional, aléjate de experimentos y no esperes a que el verano y los buenos propósitos vuelvan con el sol.




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